Un líder debe tener sentido del humor.
Junto a la humildad y la honestidad, el sentido del humor es uno de los atributos más importantes de un líder. Numerosas investigaciones muestran que los profesionales disfrutan más trabajar con jefes que poseen buen sentido del humor. Los lideres divertidos muestran una mayor confianza en sí mismos. El humor puede aumentar notablemente la productividad de un equipo.
Sin embargo, los manuales de liderazgo prestan poca atención al sentido del humor, a pesar de que es una cualidad fundamental a la hora de inspirar, cohesionar y comunicarse con los miembros de una organización; especialmente, si está conformada por jóvenes, quienes son más sensibles y valoran positivamente un entorno divertido.
“Aunque creo que es recomendable que todas las personas, independientemente de su posición en la organización, desarrollen su trabajo con cierto sentido del espectáculo, no soy amigo de las actuaciones ‘a la americana’, por así decirlo”.
Existen varios prejuicios contra el humor en el ámbito profesional.
Los beneficios de la risa de y el humor para la salud han sido bien estudiados. La risa mejora la respiración y la digestión, además de que potencia el sistema inmune. No obstante, en el ámbito laboral el humor es visto negativamente. Muchos consideran que el humor es signo de informalidad y superficialidad, que incluso puede llevar a la indisciplina y provocar faltas al respeto. Sin embargo, estudios demuestran que los líderes con sentido del humor son percibidos como personas dinámicas, auténticas y enérgicas.
El humor es una cualidad fundamental de la vida humana y su importancia ha sido señalada por filósofos y pensadores de todos los tiempos. A las personas les gusta reír y buscan premeditadamente situaciones para hacerlo. La risa es tan buena como la meditación y el ejercicio aeróbico. Además, el humor es un instrumento de crítica social para denunciar injusticias y abusos de poder.
Es desafortunado que muchos líderes renuncien al humor por temor a no ser tomados en serio u ofender a alguien. Son embargo, los beneficios de ejercer un liderazgo divertido son numerosos y siempre es posible controlar los temas y las situaciones en las que se permite bromear para no resultar inapropiado. Un buen sentido del humor muestra inteligencia y agudeza mental. Asimismo, reír y sonreír vuelve a las personas subjetivamente más atractivas.
“La segunda cosa más peligrosa en el mundo después del poder sin honor es el poder sin humor”.
El humor puede mejorar la comunicación y el aprendizaje.
El uso apropiado del humor puede ayudar a captar la atención de la audiencia y que esta interiorice mejor los contenidos expuestos. Es conveniente hacer una pequeña broma al tomar la palabra. En las conferencias a distancia, algo de humor puede ser muy útil para mantener la atención.
Algunos estudios demuestran que, en el ámbito escolar, el humor es positivo para el aprendizaje y ayuda a fijar los contenidos. Por otra parte, los conflictos y las negociaciones pueden resolverse más fácilmente con un humor, puesto que este favorece la empatía y relaja las tensiones.
Cuando ambas partes enfrascadas en un conflicto ríen juntas, se reconoce la parte absurda del enfrentamiento y se posibilita el entendimiento. Reír juntos muestra vulnerabilidad y genera confianza recíproca para llegar a un acuerdo. De igual forma, la risa ayuda a sobrellevar mejor una situación penosa y reducir las emociones negativas.
“Las encuestas que se envían a empleados apuntan que los mencionados planes de comunicación de programas estratégicos no son recordados unos pocos meses después del lanzamiento: los mensajes se vuelven borrosos, se mezclan con los del plan estratégico anterior, las iniciativas clave se diluyen en un batiburrillo de proyectos y tareas sin conexión clara con la visión que pretenden reforzar”.
El humor fomenta la creatividad y la autenticidad.
Por extraño que parezca, reír y divertirse mientras se resuelve un problema aumenta sus probabilidades de solucionarlo. La risa y el buen humor aumentan la creatividad, ya que permiten hacer conexiones no evidentes entre dos elementos aparentemente poco relacionados, lo que permite encontrar alternativas.
La risa es la mejor manera de no parecer falso ante los demás y distinguirse de la pose clásica y complaciente de ciertos líderes, a quienes se les percibe como poco confiables. Al mismo tiempo, el humor puede servir de defensa inteligente para evitar rebajarse al insulto cuando sea atacado por alguien, o parar realizar una crítica con suavidad y mostrar humildad. Hay tres elementos básicos que conforman la autenticidad:
- La transparencia – Se debe compartir la información disponible con el equipo sin filtros y mostrar sus valores.
- La integridad – Hay que ser coherente con los valores que profesa.
- La honestidad – Implica no ocultar sus emociones y decir las cosas tal y como son.
“La conclusión: cuanto más converja tu forma de ser y actuar en cualquiera de las dimensiones de tu vida, más serás percibido como persona auténtica”.
El humor alivia el estrés y aumenta la resiliencia.
El sencillo acto de sonreír puede ser suficiente para hacer sentir mejor a una persona. En el camino de encontrar su propio estilo de humor, usted puede empezar por sonreírle a su equipo.
La risa y el humor son un gran antídoto contra el estrés y las tensiones del trabajo. Incluso en situaciones realmente serias, como el padecimiento de una enfermedad grave, pueden sobrellevarse mejor con una buena dosis de humor, ejercitando criterio y sensibilidad con respecto al contexto.
Asimismo, el humor puede ser instrumento de ayuda ante las siguientes tareas de liderazgo:
- Explicar una tarea desagradable – Puede mejorar la disposición del equipo a emprenderla y ayudar a que muestren una mayor receptividad al respecto.
- Desbloquear una conversación – Suaviza la postura de ambas partes y favorece el diálogo.
- Clarificar el liderazgo – Ayuda cuando se quiere dejar claro quién es líder, sin parecer agresivo o autoritario.
- Manifestar discrepancia – Beneficia la comunicación y la apertura ante las críticas.
- Obtener una respuesta verbal – Induce las respuestas abiertas ante una audiencia y estimula la participación.
- Hacer un reconocimiento – Permite hacer elogios públicos haciéndolos más espontáneos y menos embarazosos.
- Romper el silencio – Anima a las partes a participar y predispone el buen ánimo.
- Realizar una evaluación – A la hora de señalar faltas en el trabajo de alguien o retroalimentarlo, favorece la cordialidad.
“La vida no deja de ser divertida cuando la gente muere, de igual manera que no deja de ser seria cuando la gente ríe”.
Cada líder debe encontrar su tipo de humor.
Todas las personas pueden desarrollar su ingenio y ser más divertidas. Existen cuatro estilos de humor, entre los que es conveniente identificar el que mejor sirva a su propósito:
- Afiliativo – Favorece la cohesión y reduce las tensiones dentro del equipo. No es hostil y es bien valorado por la comunidad.
- Autoestimulante – Mantiene una perspectiva humorística de la vida para sobrellevarla mejor. Busca reírse de la adversidad.
- Autodescalificativo – Consiste en hacer bromas sobre sí mismo para congraciarse con los demás.
- Agresivo – Critica a los demás y los pone en ridículo. Es sarcástico y ofensivo, por lo que afecta negativamente las relaciones personales.
Las sonrisas no siempre son auténticas. A simple vista no es fácil distinguir una risa verdadera de una fingida. Lo mejor para ello es poner atención a su propia risa e identificar cuando ríe por cortesía o compromiso. Los tipos básicos de risa son los siguientes:
- Calificada – Busca suavizar una noticia desagradable. Puede ser u poco irritante.
- De miedo – Se produce para ganarse la gracia de personas de un rango superior ante las que se siente una amenaza.
- De desprecio – Muestra resentimiento y disgusto. Se tensan las comisuras de los labios.
- Sarcástica – Aunque la boca sonríe, los ojos muestran desdén y una segunda intención. La sonrisa puede torcerse.
- Maliciosa – Surge cuando hay alegría por la desgracia de alguien más. Las personas suelen ocultarla.
“La sonrisa afecta positivamente a la forma en la que hablamos, hasta el punto de que los oyentes pueden identificar si sonríes mientras hablas, aunque no te estén viendo”.
Hay que ser cuidadoso con los temas sobre los que bromea.
En algunos contextos, y siempre conduciéndose con criterio y sensibilidad a la situación, puede resultar conveniente ser un poco provocador en sus bromas, con el fin de aumentar su impacto.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el humor también es un asunto cultural. En este sentido, las personas pueden ser más susceptibles a incomodarse con bromas sobre ciertos temas o acontecimientos más o menos distantes, según el entorno social. El humor tiene sus peculiaridades en cada idioma y cultura, por lo que es mejor no hacer chistes fuera de su país o de su contexto cultural.
En general, se puede afirmar que el humor se produce cuando el resultado de una situación no es el esperado. Esto sucede, por ejemplo, con los videos de caídas y accidentes. Al igual que con un chiste, se sabe de antemano que el resultado no será el esperado, y que más bien será divertido y sorprendente. Nunca es conveniente hacer chistes sexistas ni discriminatorios de ningún tipo. Además de ser nocivos e inaceptables, pueden costarle la carrera.
“Entre los hombres se cuentan más chistes, el humor es hostil y se molestan los unos a los otros con insultos velados”.
Es mejor contar una historia que un chiste.
Es preferible narrar sus propias historias que memorizar chistes. Usted puede adquirir poco a poco la habilidad de encontrar esas historias sorprendentes e inesperadas que sirven para reírse de sí mismo o de la adversidad. Básicamente, la historia debe captar la atención y llevar a un desenlace difícilmente predecible pero congruente. Es mejor contar historias breves, con pocas palabras, acentuando el golpe del desenlace inesperado. Como media, es apropiado hacer un comentario divertido cada veinte minutos.
“Se ha dicho que la verdadera comunicación es: un 7 % de palabras, un 38 % de calidad de voz y un 55 % de lenguaje corporal”.
Se debe evitar hacer bromas inapropiadas sobre terceros.
Las bromas pueden hacerse sobre personas presentes, siempre para enfatizar de manera divertida sus cualidades. En cambio, se debe evitar hablar sobre terceros, salvo que sean de la competencia, y se quiera exaltar la identidad del equipo. En caso de ofender a alguien, deben pedirse disculpas y rectificar.
Existen tres errores frecuentes que deben evitarse al practicar el humor:
- No explicar los chistes – Si la gente no ríe de uno de sus chistes, lo mejor es dejarlo pasar. No es grave, pero intentar explicarlo podría resultar penoso.
- No interrumpirse – Si al contar el chiste siente que este no tiene efecto, debe evitar empezar a contarlo desde el principio o recapitular. En todo caso, es mejor abandonarlo.
- No reírse de sus propios chistes – Tras contar un chiste, debe evitar reírse usted mismo y debe darle tiempo a la gente para que ría.
Sobre el autor
Sergio de la Calle es especialista en recursos humanos y director de programas en Universitas Telefónica. Ha sido ponente internacional y conferencista invitado en varios países.